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Olas



Sentado en la playa donde la vida va y viene,
con tantos ires y venires como la marea.

El océano susurrándome con voces perdidas,
coqueteando con las arenas,
arrullándome con su suave música de olas.

Y mi voz, perdida entre el sonido del agua con la arena,
mezclado con los sueños del mar aquella tarde.
Y tu voz, perdida entre las telas vaporosas del ayer,
sumergida entre las arenas del tiempo que pasó.

El mar trajo un reflejo de tu imagen,
la trajo a lomos de un recuerdo que flotaba a la deriva.
Un beso, escondido tras el recuerdo de aquellos tiempos,
un beso enredado entre la turbulencia del olvido.

Y el imprudente sol, recordándome el calor de otros tiempos,
cuando tu piel se acercaba a la mía y se hacían una.
Cuando, como las olas, exploraba tus costas.

Todo había quedado atrás, en el pasado.
Sólo me quedaba el mar y la arena
y recordarme que los sueños son como la vida que va y viene.
La vida que se me va en granos de arena de entre mis manos
y mi alma que va perdiéndose en el horizonte
tratando de sobrevivir al naufragio en que quedó
cuando, como las olas,
acariciaste mis sueños y luego marchaste para siempre.

Quisiera caminar contigo eternamente por estas costas
pero las olas nunca se quedan lo suficiente en la playa.

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