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Mostrando entradas de 2014

98

Eres música, los latidos de tu corazón marcan el ritmo y tu voz la melodía. Deseo escribir en tu piel la partitura más grandiosa de todas, una que deleite a los ángeles, una que envuelva al universo.

97

Un ángel sentado en la luna pensando en que está muy solo, cazando estrellas fugaces pidiendo con cada una un deseo. Un ángel contando galaxias y enumerando constelaciones. Sigue estando triste allí, en la luna, donde siempre es de noche, donde nunca hay cielos azules. Un ángel queriendo estar en la tierra pero la trompeta que le acompaña sólo anuncia destrucción. Y sigue contando el tiempo...

96

¿Qué te queda más allá de este respiro? ¿Qué le espera a tu corazón en sus próximos latidos? ¿Qué se esconde tras el siguiente parpadeo, en el que, como un telón oculta nuestro siguiente acto? ¿Qué espera más allá de esta noche? ¿Algo más allá de esta luna? ¿Hay algo más allá de tus ojos?

95

Fugitiva, aquella idea escondiéndose entre palabras, oculta entre el decir y el no decir. Sueños tejidos con frases. Una oración para ti, para que estés bien, para que sueñes conmigo, para que pienses en mí.

94

Desnudando una hora, queriendo deshojar cada minuto, hacerla un recuerdo atado a la memoria del tiempo, aquella que no se borra jamás del universo.

93

Caes frágil sobre el tiempo. Apareces como niebla en el mañana, en medio del sueño de las horas. Ya no llueves sobre mis días, solo un ayer congelado en medio de la inhóspita existencia.

92

Retazos de palabras, una frase rota. Una frase toda llena de remiendos usada ayer y mucho antes, usada conmigo y sin mí. Una frase que he escuchado cientos de veces de tus labios y de los labios del mundo, una frase que no dice nada y no es necesario decir nada más.

91

Humo, aquel fantasma morando los minutos, los instantes antes de que el sol florezca. Los días gastados, las noches muertas, sueños de alcohol vagando a la deriva. Silencio, la agonía de la noche suspirando a mis espaldas, los cigarrillos muertos, botellas desangradas. Todos son fantasmas, fantasmas de ayer, promesas de un momento feliz que ya murió.

90

En noches como esta quiero arrancarme la piel y salir a aullarle a la luna. Quiero correr con mi jauría, perseguir alimañas y cazar ratas. Quiero gritarle al mundo que soy salvaje, que aún no podrá domarme así finja cordura en la semana. En noches como esta aún recuerdo a la bestia que reposa en esta cama llamada humanidad.

89

Tan absoluta, tan embriagante, con su mirada que envuelve sensaciones, con sus largos cabellos serpenteando. Me encuentro seguro de que bastó una mirada para terminar hechizado por ella y dedicarle mis noches en vela. Entre su gracia y su encanto solo puedo decir que ella es magia pura.

88

Ando suspirando entre la noche, caminando el laberinto, tu sonrisa, sin saber si es perdición o desliza la alegría que luces con derroche. Tus labios me regresan mis anhelos pero no sé si los sientes o son eco, de un corazón que hace tiempo está hueco y pertenece, del pasado, a sus destellos.

87

Tras diecisiete días y diecisiete noches encontré a un peón buscando a su reina. Nunca fui capaz de decirle que ella había dejado ya sus días y sus noches.

86

Bajo la noche, ella con ese brillo que solo pertenecía a la luna y constelaciones brillando en su negra cabellera. Un suspiro como la brisa noctámbula y en su mirada un destello fugaz, como una estrella. Camaleónicos encuentros, cuando ella se confundía con la noche y desaparecía en medio del cielo como una constelación más.

85

Ella tumbada entre recuerdos, queriendo seducir aquel suspiro y desempolvar aquel beso atrevido. Ella, incómoda entre caricias, esas que fueron pero que no pertenecen a la piel. Con esa mirada que quiere un "Adiós" pero sólo termina escuchando el eco de un eterno "Hola".

84

Me pregunto qué hay detrás de la luna. No sé si hay otro rostro de mujer o simplemente aquella penumbra, esa que habita entre nosotros. Me pregunto qué habrá tras tu sonrisa. No sé si otro rostro que no muestras o un sombrío recuerdo, ese que habita en nuestro pasado.

83

Le escribo a tus labios, aquellos que no saben leer, aquellos esquivos en darme un beso. Los busco entre mis sueños, entre las líneas de mi cordura, entre un parpadeo y otro, entre el latir y mi aliento. Solo podré encontrarlos frente a ti.

82

Ahí viene la noche, con su música azulada. Llega la luna a cantar, pálida en el viento y las lejanas estrellas cantando en sol menor. Ahí viene, entre murmullos de grillos, envuelta en sus sueños de éter. Viene a recordarme melodías que he escuchado cien veces más y que no me canso de cantar.

81

Un ángel con alas rotas caminando entre cristales que fueron lágrimas, desprotegido de la lluvia que fueron ánimas. Un ángel arrastrándose en lo que creía ser el fin de sus días pero que no ha sido nada más que el comienzo de su vida.

80

Con cada paso el camino recorrido se alarga, con cada segundo el tiempo transcurre. No somos más que nuestros pasos y nuestros segundos, no somos más que aquella silueta caminando. Cuando miro atrás veo al que fui y entiendo el por qué de estar aquí. Ser mi camino y mi tiempo, ser el que transita por la senda del presente.

79

Quise ser las notas de una melodía pero solo fui viento en medio del vacío. Quise ser el fragmento de un sueño pero solo fui suspiros en la noche. Ahora solo miro a través del tiempo... Quise ser una vida vivida pero solo terminé siendo una sombra, una sombra de lo que quería.

78

¿Con qué sueñas hoy? ¿Hay lunas y soles de caramelo? ¿Hay, acaso, nubes de algodón? ¿Ves estrellas de chocolate? No sé con qué sueñas, sólo sé que sueñas en mis sueños.

77

Tu voz, mi voz, nuestra voz... Ecos en el tiempo. Tu mano, mi mano, recuerdo convertido en sombra. Tú y yo muy cerca, simplemente dos fantasmas existiendo en el ayer.

76

¿Dónde está nuestra libertad? ¿Acaso confundida entre el dinero? La justicia coja, equilibrada con monedas en su base. Solo una ilusión el creer que nuestra vida nos pertenece.

75

En el fondo de una botella no hallo respuestas, pero sí una vía para huir. No encuentro besos ni caricias pero sí sueños  y delirios. Un universo para escapar en las turbulentas aguas del océano, del amargo océano de la amnesia.

74

Me encanta este fragmento íntimo, nuestras palabras acariciando el momento, seduciendo el silencio y saboreando cada segundo, cada minuto. Déjame acariciar tu tiempo, desnudarlo y ver de qué están hechos tus instantes, y ser uno con ellos.

73

Pienso entre el jardín marchito, las rocas no florecen en primavera como los muertos no disfrutan del sol. El día envuelto entre nubes y mi corazón desnudo una vez más, desprovisto de sus ropas nuevamente. Hoy sueño entre las hojas de otoño.

72

Agua: derrite mis alas de azúcar, de cuando fui fénix de miel. Purifícame, diluye mis deseos entre este gran océano llamado vida.

71

Cuando la tierra tiembla, piensa rápido. Tus piernas ausentes y el rugido paraliza, amenaza con devorarlo, todo. Mi vida balanceándose sobre un péndulo, no hay a dónde huir. Estremecida, la tierra y yo como uno solo.

70

Mi himno será tu voz, plantaré una bandera con mi nombre en tus recuerdos y enfrentaré mis temores con ánimo beligerante. Contaminaré tus pupilas con mi presencia y avanzaré por tu geografía con mi armada. Mi estrategia es clara en este punto: explorarte, invadirte, conquistarte.

69

Aún recuerdo esa primera vez. Ese momento cuando te vi, cuando mis ojos descubrieron que existías, cuando el universo tomó sentido. Te recuerdo allí, a lo lejos. Como si nada te importara.

68

Mi única ilusión es un "quizás" que puede estar a la vuelta de la esquina, o un "tal vez" enredado entre los pliegues del mañana. No hay nada que dure para siempre. No hay noche que dure eternamente ni amanecer que no sea más que un fragmento de día. Porque todo es incompleto sobre las olas, con una cara sumergida y otra a flote.

67

Ella es primavera, caótica, como lluvia y sol danzando en el cielo, formando un arco iris. Ella ha llegado con una corona de flores y su aliento de viento fresco acariciando la copa de los árboles, danzando con abejas.

66

Dibujé en una gota tu rostro y la dejé caer sobre la ciudad, la convertí en un océano. Una lágrima convertida en lluvia y en una excusa para inundar los recuerdos.

65

En blanco me quede cuando giré aquella esquina en mi destino, cuando me estrellé contra aquellos ojos. En blanco mi mente quedó aturdida por tu presencia.

64

La última vez que le vi estaba pálida aquella mañana, con sus manos aferradas a los recuerdos y su mente fija más allá del cielo. La última vez que le vi fue un instante congelado, una imagen que se había quedado sin tiempo y sin poder decir adiós.

63

Hoy tengo muchas ganas de ti. Extraño tu aroma. De pensarlo, se me eriza la piel. Recuerdo la última vez, cómo saboreaba el momento contigo, cómo te saboreaba completamente. Hace algún tiempo que nada más ocurre, que te busco en otras, pero sigo sin encontrarte.

62

De nada sirve ser libre si estoy preso por tus ojos. No respiro tranquilo si tu presencia me quita el aliento. No hay libertad si no estoy contigo.

61

Hoy te quise encontrar en ese rayo a través de mi ventana, en esa gota de agua cayendo del cielo, en ese suspiro que alguien abandonó en la calle, en los pasos que alguien no recogió.

60

No te puede doler algo que no tienes, así como no puedes sangrar cuando ya no te queda sangre. No puedes soñar estando por siempre despierto y no puedes llorar cuando las lágrimas se han secado de tus ojos.

59

Convierto palabras en pétalos, frases en rosas. Bajo el calor del fuego todo lo veo. Escribo sobre la tierra y siembro ideas, Respiro y brindo al aire sueños y embrujo a las aguas con vida. Soy ella, quien compartió su existencia contigo.

58

Déjame inventar un nombre para lo que siento, para lo que enreda mi corazón y seduce a mi estómago. Déjame sólo un momento pensar en esta sensación, la que desvela mis noches o me cubre de sueños. Aquello que acelera mis latidos y embota mi mente... No puedo decir nada más que es una enfermedad mortal.

57

Una serpiente, deslizándose por entre la maleza, escondiéndose entre pedregales. Al acecho, en busca de su presa. Una serpiente queriendo seducirte, buscando enredarse en ti y asfixiarte y devorarte lentamente toda la noche.

56

Y simplemente un día todo terminó, no hubo redobles ni grandes epílogos. Solo un corazón con algunas quemaduras. Querer estar tan cerca del sol y sentir aún tanto frío.

55

Sé tinta e inunda mi existencia, sé luz a través de mis párpados, sé una ilusión al otro lado de mi esperanza. Sé la melodía que entre a mi corazón. Sé lo que eres, la alegría de mi universo.

54

Un día me quedé sin palabras, esa sonrisa tuya desvaneció toda lógica y razón. Mudo, te contemplé en medio de mi realidad y ésta dejó de existir, se esfumó. Solo existías tú.

53

Veo el ayer con un nudo en la garganta, como aquel que simplemente soñó sin vivir. Aquel al que sus decisiones llevaron lejos y al que un camino de regreso quedó perdido en el laberinto del pasado. Un futuro sin un lugar a donde ir ni un sitio al cual regresar.

52

Tengo en mis recuerdos una mañana cuando nuestras miradas se estrellaron y nuestros cuerpos detuvieron el mundo un instante. Una noche nuevamente volvimos a cruzarnos para decirnos adiós y no volver a vernos jamás.

51

En uno de mis bolsillos un adiós. Una lágrima enredada entre mis abrazos, aquellos que dejé tendidos en el ayer. Una imagen del camino dejado atrás y tú, en medio de las huellas que marcan el pasado, en medio de las inolvidables noches que arrastra mi memoria.

La fiesta de la luna llena

Es la fiesta de la luna llena, nuestros cuerpos vestidos de rojo, de la sangre nuestra y de los otros y de minutos masacrados en la arena. Un tributo a los sueños rotos, el viento susurrando incongruencias y nosotros en la fiesta, con la sangre descompuesta de las uvas y del trigo, la molienda. Demencia, instinto, placer, fuerza. No hay nada más allá que aquella luna llena, que la doncella que con su esplendor nos baña, que la diosa que ofrece luz y no engaña. La fortaleza de lo dispar, las ansias entre la piel y la carne, entre los deseos de dejar de fingir, de volver a ser una bestia, un animal. Celebremos esta noche, escondidos tras las sombras, protegidos por la luz de nuestra luna, aquella que finge ser día en medio de la noche, aquella que quiere ser luz pero solo es sombra, una compañera en la oscuridad.

50

Soñé que eras lluvia y que caías sobre mí. Soñé que eras cielo y me cubrías con tu manto de estrellas. Soñé que eras sol y me bañabas con tu calor. Soñé que estabas cerca de mí.

49

Un murciélago, volando entre el éter, cobijado por la oscuridad. Ciego, recorre la noche y aletea entre la vastedad del firmamento. Nunca duda. Su voz le da confianza y sus alas, libertad.

48

Mágicos atardeceres cítricos, llegan a mí con el sabor de tus labios. Un recuerdo que es ácido y dulce a la vez. El anaranjado sol se oculta entre la oscuridad y la noche da la bienvenida a la luna de limón.

47

No sé por qué pensaba en ti mientras reía, como si la felicidad y tú fueran una. Aquí, al margen de tu destino, simplemente río como si fluyera por un caudaloso sentimiento. Simplemente río hasta llegar al mar.

46

Un coctel de maquillaje y de lágrimas. Ella, en un aeropuerto, una mañana, arrastrando el peso de su equipaje por los pasillos, aunque más pesado sigue siendo el adiós entre líneas. Un destino donde hay un fin y un comienzo y donde siempre habrá algo nuevo por conocer y algo por olvidar. Último llamado para abordar... Pasajeros con destino a otra oportunidad.

45

La luna y el sol se reunieron para bailar un día, para danzar sobre el cielo y cubrir al mundo con luz y sombra. Él, con el calor y ella con su belleza. Se eclipsaron y crearon la danza, crearon la magia. Los amantes eternos, destinados a encontrarse alguna vez en sus vidas, para luego perderse en el horizonte, diciéndole adiós al firmamento.

44

Algo se ha perdido en el camino, el viajero cansado mira con tristeza su equipaje. Sus arrugas, como sendas por las que ha pasado muchas veces, sus zapatos gastados y sus sueños y con solo algunos minutos más de camino. Sueña con el día en que llegue a su destino.

43

Hoy he salido a dar un paseo con tu recuerdo, con esa hermosa imagen que habita en mi memoria. Conversamos animadamente del pasado y en algún momento, en nuestro recorrido, nos reímos de todo lo que había acontecido. Eres encantadora hasta en mi imaginación, es una lástima tener que decirte adiós.

42

Soy una araña que deambula por los hilos tejidos entre pentagramas, durmiendo entre las notas que surgen de las cuerdas en las que reposan mis plegarias, enredando a mi presa entre dulces melodías. Me balanceo entre acordes y tejo un arpegio entre pausas. Cuando otra sinfonía ha terminado me retiro para descansar entre el silencio.

41

Los dos árboles, viendo pasar las nubes, mecidos por el viento, danzando con la lluvia. Los dos árboles como dos viejos amantes, vestidos de verde o con su piel desnuda, juntos durante las estaciones que les esperan... Dura corteza aguantando las horas. Los dos árboles como testigos de nuestra existencia.

40

Yo, recorriendo mi mente, los caminos del tiempo. Caminando por sendas que conozco y otras que no. El futuro y el pasado se enredan en un abrazo y forman entre ellos el mágico presente. Bajo los cielos púrpura, los libros volando. La luna, un terrón de azúcar flotando sobre nosotros y las estrellas hechas de semillas doradas esperando retoñar antes del próximo amanecer.

39

Las dos estatuas, mirando siempre al infinito, perdurando un momento, acontecido tiempo atrás. Las dos en silencio, viendo pasar los años como horas y a la gente, como el viento susurrar. Aquellas dos, viviendo eternamente en un instante capturado en el ayer.

38

Los segundos hacia atrás como el grosor de un cristal, ver las cosas depende del tiempo transcurrido. En el pasado sólo las siluetas nos acompañan, sombras muertas que se mueven pretendiendo vivir pero no son más que ecos del pasado, que flotan entre el olvido y el ayer.

37

No me esperes mañana, mañana no nos pertenece aún. No pretendas apostar por nosotros un segundo en el futuro porque no hay más que densa niebla escondiendo riscos, no hay más que incertidumbre acechando en cada segundo.

36

El mundo gira y no hay tiempo, no hay momento de descanso. No hay sitio dónde esconderse ni pasado al cual huir. No nos queda nada más que el instante convertido en un fragmento, en lo que acontece entre ayer y mañana. Solo un instante en el que aún algo podemos hacer.

35

De qué me sirve tanto amor si tengo que guardarlo debajo de la almohada. De qué me sirve, si en las noches paso frío pensando en ella. De qué sirve, si nuevamente la rosa permanece silenciosa, aguardando, muda, el momento de salir a hablar nuevamente por mí.

34

No quisiera vivir para siempre ni llenar mis arcas con riquezas. No quiero estar rodeado de fama y de fortuna ni que mi nombre sea recordado por generaciones posteriores. Solo quiero verme reflejado en tus ojos una vez más.

33

Anoche brindé pensando en ti y hoy solo quería recordar olvidarte. Hoy solo deseaba sacar el enigma de mi cabeza, ese complejo acertijo que eres tú... Qué es lo que haces y no haces. Hoy he decidido renunciar a ti.

32

Ya no me quedan más palabras, la fuente se seca con cada latido, con cada respiración, con cada parpadeo. Ya no queda más qué decir, nuestros caminos hace mucho que se separaron y solo nos llegan los ecos de palabras dichas ayer.

31

He pasado página. Lastimosamente, lo escrito del otro lado traspasa con sus marcas a este. Ese ha sido el problema, el de haber marcado tanto mi pasado... Que el futuro solo podrá verse mejor si escribo un nuevo libro, en vez de solo pasar página.

30

El reloj solo avanza en un sentido, siempre constante en su cambio. Mi vida detenida en un instante que ocurrió hace mucho tiempo. Dos manecillas superpuestas, la del ahora y la que marca el ayer. No se puede vivir en dos tiempos sin dejar de vivir en ambos.

29

Te veo sonreír y mi universo se altera, muta, se convierte en algo más. Evoluciona, se aceleran mis latidos, mi piel se eriza y mi interior se torna incontrolable. Tu sonrisa es el génesis de mi felicidad.

28

Obnubilado aún por el último trago empiezo a regresar al mundo de los que despiertan, de los que resucitan de la noche oscura de la amnesia.  A mi lado, maraña de largos cabellos sobre la almohada.  Piel desnuda, un recuerdo abordando mi mente  en el Apocalipsis de la noche anterior.  La amnesia empieza a desaparecer con los primeros rayos y el recuerdo de placeres prohibidos comienza a abrirse paso por mi presente.

27

Mariposas con alas de cera vuelan cerca tuyo sabiendo que tu calor las derrite, serás su perdición. Orugas que desearon una vez volar... Yo sigo recorriendo mi mundo con alas derretidas. Una oruga que quiso ser una mariposa pero no llegó a ser más que un suspiro con alas de cera.

26

Un ave canta fuera, sus melodías pasan a través de mi ventana. Son la única compañía en esta larga tarde, recordándome que del otro lado hay todo un universo, recordándome que estoy ahora en silencio en un instante olvidado por el mundo donde solo su canto me recuerda que existo. ¿Existo?