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Mostrando entradas de enero, 2011

Odio

Te miro y me pregunto por las noches la razón de haberte encontrado en mi camino. Eres la maldición , en realidad un problema serio. Sólo encuentro ahora refugio en el vino esperando mi llegada al cementerio. Tus ojos brillan como fugaces estrellas que de la noche han escapado para atacarme. Ellas distorsionan lo que conozco del mundo, y la felicidad que añoraba parece despreciarme cuando veo el porvenir que me aguarda, inmundo. La pesadilla que fue estar cerca de ti es la razón de que la muerte quiera contemplar. Tus labios me recuerdan los desvelos, tus ojos inquisidores me atacan sin cesar y solo puedo refugiarme en mis anhelos. Tus manos frías hacen recorrer la sensación de un temor en mi interior. Tu piel es la culpable de tejer los hilos de este destino traidor que mi desdicha me deja entrever.

Omega

Los dos bajo este cielo nublado , sintiendo la contaminación en nuestros rostros. M irándonos el uno al otro como si algo existiera. S intiendo que se trata en verdad de otros esperando a que la noche rápidamente muera. Hace muchas noches hacemos lo mismo pero ahora ha cambiado el panorama del lugar. N uestras esperanzas marcharon al futuro y no regresaron. N os demostraron que después de muertos podemos amar pero que los muertos yacen quietos en el mundo que abandonaron. A l asomarse el sol por entre las nubes me pregunto cuánto tiempo más pasará de esta manera, si con el tiempo el sol volverá a brillar o si por el contrario será el final de esta era y que de nuestro mundo, la muerte se pueda hallar.

Amor

Te miro y me pregunto por las noches la razón de haberte encontrado en mi camino. Eres el cielo que me muestra ese misterio, el hallarte tan embriagante como el vino es la causa que me llevará al cementerio. Tus ojos brillan como hermosas estrellas que de la noche han escapado para verme. Ellas me muestran con claridad el mundo, que en otras ocasiones ha parecido temerme cuando a mi felicidad le da un no rotundo. Los sueños que realizo al estar junto a ti son la esperanza que me hace querer respirar. T us labios me embriagan y me pierdo en ellos, tus ojos me acribillan con su tierno mirar y solo puedo refugiarme en tus cabellos. Tus manos tibias hacen recorrer la sensación de escalofrío en mi interior. Tu piel es la culpable de poseer ese temor que no creía anterior a conocerte, y es que te pueda perder.

Alfa

Los dos bajo este cielo estrellado, s intiendo la brisa cálida en nuestros rostros. M irándonos el uno al otro como si nada existiera. S intiéndonos como si se tratara de otros y con la luna que se convierte en nuestra compañera. Hace muchas noches hacemos lo mismo y disfrutamos las veladas en este lugar. N uestras esperanzas fueron al futuro y con flores regresaron. N os demostraron que es imposible dejarnos de amar y que todo dolor y toda pena nos abandonaron. Al aparecer el sol por el horizonte me pregunto cuá nto tiempo más pasará de esta manera. S i con el tiempo el sol dejará de brillar o si por el contrario brillará más en esta era y que en nuestro mundo, paz podamos hallar.

La Danza de los Pétalos y las Estrellas

Bailemos esta noche. Bailemos hasta que la luna se canse de vernos, hasta que las estrellas se desprendan del firmamento. Dancemos juntos y miremos al cielo dar vueltas sobre nosotros. Hoy déjame danzar al ritmo del latir de mi corazón, con la música de tu voz. Permíteme  flotar sobre los pétalos de la rosa desnuda, Cogido de tu mano. déjame acariciar las nubes, déjame sentir el cielo de terciopelo y tus labios del sabor de las estrellas, chispeantes y llenos de vida. Déjame sentir tu piel como el sol, cálida y reconfortante. Temo que al estar demasiado cerca pueda quemarme. Bailemos hasta que el telón oscuro caiga y el sol nos sorprenda bailando, entre pétalos y estrellas fugaces. Permíteme contemplar la luz de otro amanecer... Contigo.

Ciudad de Papel

Arde, ciudad de papel. Quema tus puertas de tinta, las palabras que adornaron tus muros. Que las llamas lo alcancen todo. Que borren todo tu esplendor, que destruyan toda evidencia. Ciudad próspera hecha de ilusiones, de promesas y de sueños. Tus murallas reducidas a cenizas. Que no quede nada, que solo se vea una columna de humo a lo lejos, que solo queden vestigios de tu existencia. Esta noche he decidido destruir esta ciudad, hecha con sus cartas y sus fotos. He decidido condenarla a morir incinerada. Todos los sueños gritando desde sus ventanas, toda ilusión convirtiéndose en cenizas. Esta noche es el final. Los pilares de esta ciudad no quedarán en pie. El olvido se llevará los restos, el silencio lo inundará todo. Arde, ciudad de papel. Olvida las frases inolvidables, llévate su perfume muy lejos.

Flor de la Meseta

Preciosa flor de la meseta, aún recuerdo las veladas que compartimos, cuando disfrutábamos de las noches estrelladas, cuando los astros eran tus ojos. Extrañaré aquello en mi futuro. Aquello de lo que estabas hecha. Una sinfonía de placeres, de delicias hechas mujer. Extrañaré tu compañía, tu cuerpo y tu esencia... Y el reloj de arena marca nuestro destino. Sólo nos queda el inmediato, nos queda el presente. Un beso darte en el futuro.