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Mostrando entradas de septiembre, 2014

87

Tras diecisiete días y diecisiete noches encontré a un peón buscando a su reina. Nunca fui capaz de decirle que ella había dejado ya sus días y sus noches.

86

Bajo la noche, ella con ese brillo que solo pertenecía a la luna y constelaciones brillando en su negra cabellera. Un suspiro como la brisa noctámbula y en su mirada un destello fugaz, como una estrella. Camaleónicos encuentros, cuando ella se confundía con la noche y desaparecía en medio del cielo como una constelación más.

85

Ella tumbada entre recuerdos, queriendo seducir aquel suspiro y desempolvar aquel beso atrevido. Ella, incómoda entre caricias, esas que fueron pero que no pertenecen a la piel. Con esa mirada que quiere un "Adiós" pero sólo termina escuchando el eco de un eterno "Hola".

84

Me pregunto qué hay detrás de la luna. No sé si hay otro rostro de mujer o simplemente aquella penumbra, esa que habita entre nosotros. Me pregunto qué habrá tras tu sonrisa. No sé si otro rostro que no muestras o un sombrío recuerdo, ese que habita en nuestro pasado.

83

Le escribo a tus labios, aquellos que no saben leer, aquellos esquivos en darme un beso. Los busco entre mis sueños, entre las líneas de mi cordura, entre un parpadeo y otro, entre el latir y mi aliento. Solo podré encontrarlos frente a ti.

82

Ahí viene la noche, con su música azulada. Llega la luna a cantar, pálida en el viento y las lejanas estrellas cantando en sol menor. Ahí viene, entre murmullos de grillos, envuelta en sus sueños de éter. Viene a recordarme melodías que he escuchado cien veces más y que no me canso de cantar.

81

Un ángel con alas rotas caminando entre cristales que fueron lágrimas, desprotegido de la lluvia que fueron ánimas. Un ángel arrastrándose en lo que creía ser el fin de sus días pero que no ha sido nada más que el comienzo de su vida.