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Mostrando entradas de julio, 2010

A Través de la Ventana de un Autobús

El cielo se empezó a teñir de rosa y el frío empezó a abandonar las calles. El pequeño Jaime asomó su nariz desde la puerta de su casa y acto seguido salió al exterior. Un frío recorrió su cuerpo y le hizo temblar. Abandonar aquel refugio y salir a la aventura era una experiencia nueva para él. Por primera vez salía a un largo viaje y aún el sol no había salido esa mañana de primavera a acompañarlo. Cuando su cuerpo se acostumbró al frío del exterior, Jaime empezó a correr como si su vida dependiera de ello. Tenía prisa en llegar a su destino, no quería retrasarse. Un par de manzanas más allá estaba la parada de autobús. Al llegar allí encontró a otro niño que miraba distraídamente hacia el cielo. El pequeño que miraba hacia arriba tenía el cabello castaño y ondulado, y era de piel trigueña, un contraste con Jaime que tenía el cabello rubio y liso, y la piel blanca. Cada vez había más luz. Jaime le sonrió y acto seguido le extendió la mano: - Hola. Mi nombre es Jaime. - Hola. Mi

Lo que pudo ser

Lo que pudo ser y no fue es un segundo perdido entre las manecillas de un reloj, es una gota de miel entre el océano. Lo que pudo ser y no fue es la sal en el fondo de mis lágrimas y el retazo de alma flotando entre mi corazón. Es la bruma saltando en mis recuerdos. Lo que pudo ser es una corta noche, cuando la luna eclipsa al sol, un instante en medio de la nada. Lo que fue y no pudo ser es un recuerdo en la maraña de mi mente, una habitación cerrada a cal y canto, un sueño hecho polvo en un reloj de arena.

Vida

Tan efímero es nuestro paso por el mundo, tan breve como el parpadeo de un ángel. El instante nos separa del mañana, del futuro, del destino, del porvenir. Nuestros sueños saltan entre esos dos mundos, entre el ahora y el después. Parpadeo y los átomos agonizan delante de mis ojos. En un suspiro los universos desaparecen, los soles se desvanecen y los planetas nacen. Cuando doy un paso, las orugas se convierten en mariposas y las hormigas detienen su camino. Solo importa este instante, este fragmento del ahora.

Inútil

No tengo nada que ofrecerle al mundo. Con mis manos vacías recorro la oscuridad. Descalzo, mis pies sienten el frio suelo. Ayer quería alcanzar las estrellas con mis dedos, hoy solo una fría tumba espera mis horas. Un trueno ilumina por instante mi vida. Un instante, como el fragmento del tiempo que soy. Caminando en medio del silencio, mis horas consumo. Los sueños quedaron atrás de mis pasos hace eones, mis ojos enfocan la soledad frente a mí. No existe nada más... solo un remedo de vida, una parodia de existencia. Solo un gasto innecesario de aire, un espacio desperdiciado. Soy solo un mal sueño del que todos quisieran despertar, soy solo el desperdicio de carne que camina sin cesar. Nadie me ha dicho que estoy muerto, pero me enteraré pronto, como todos lo haremos, y tomemos el viaje como llegamos... con las manos vacías, en la oscuridad, esperando ver la luz al final del camino.

Bajo la Sombra del Miedo

Se dice por ahí que hay que tenerle miedo al miedo. En mi caso, odio al miedo y sin embargo convivo con él a diario. Me da rabia el poder que el miedo ha tenido sobre la humanidad, cómo ha manipulado el rumbo de la civilización. Siempre con un estandarte diferente, el miedo aparece como una herramienta para la implantación de ideas. Veo la época medieval y el miedo que se puso sobre la ciencia. Grandes pensadores y científicos quemados o amenazados, grandes ideas que quedaron encerradas en el olvido. Cuando Dios no fue suficiente para hacer temblar a la humanidad, aparecieron otras cosas: el SIDA y el calentamiento global, con los cuales ya no es necesario ser un creyente para que te afecten sus consecuencias. La guerra también se convirtió en otra forma de miedo, la amenaza de una guerra, de destrucción y muerte. Veo imperios formados por el miedo, personas que no abandonan a sus parejas por temor. Hay miedo a una guerra nuclear o a perder un empleo. La religión también logra lo suyo.

Mi Sol

Trato de recordar dónde te ví por primera vez. Si fue cuando caminaba bajo la lluvia, si te vi tras ese hermoso atardecer. No sé si la primera vez te vi coronada por un arcoiris, o si te aprecié durmiendo entre las nubes. No sé si te vi flotando sobre las olas del mar o si te vi nadando en las salvajes aguas de un río. Quizás haya sido esa mañana que te vi, alimentando a las rosas con tu aroma. Tal vez fue rodeada de verde en la cima de una montaña, como sosteniendo al cielo con tus manos. Es posible que te haya visto dibujada en la luna, o en constelaciones errantes en el cielo. Podría ser que te vi escondiéndote tras la niebla, o saltando del cielo como una estrella fugaz. O quizás te vi una noche detrás de la cortina de mis sueños, envuelta por mi imaginación, desprendiendo fantasía.

Despertares

Me gusta verte despertar con tu aliento de rosas, como si hubieras dormido sobre las nubes y hubieras descendido como una pluma. Despertarme y verte dormida fue como despertarme dos veces, como abandonar el sueño más hermoso y encontrarlo a mi lado. El sol aún duerme y la luna cansada se ve abandonar la noche. El rosado de tu piel se confunde con el cielo como si fueses un camaleón de las horas. Quisiera perpetuar este instante, verte dormida es el placer hecho momento. Como acariciar las nubes, como besar la noche, como velar por tus sueños en las noches en las que nada podrá molestarte mientras yo me encuentre a tu lado.

Sábado

El cielo azul libre de nubes, la tarde más increible y espectacular. Un sol que me calienta y alimenta mi alma, el cielo al que no temo que pueda quemar, un sábado que deseaba que llegara en calma. El mundo se ve desde otra perspectiva. Sábado, día en que la magia del mundo le da por escapar. La noche es mágica y llena de estrellas, en una velada en la que todo puede pasar, la luna se ve tranquila e ilumina el cielo y la tierra. Sábado lleno de hermosas maravillas, la más grande es sentir que aún respiramos y que podemos realizar lo que nos proponemos, aquello que con tantas ganas deseamos en el sexto día que en la semana tenemos. Espero no olvidar estos sábados maravillosos llenos de tranquilidad, llenos de energia. Estando en él me siento completo, se llena mi alma con inmensa alegría y estoy dispuesto a asumir cualquier reto. Cuando finalmente este sábado parte, en el momento que se marcha para no volver, mi corazón se entristece pero después recuerda