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Mostrando entradas de agosto, 2010

Viernes Suicida

Los castillos de hielo que algunos construimos son fuertes por fuera, por dentro son fríos, pero solo hace falta un poco de calor para echarlos abajo. Tristemente debo admitir que la situación que me ocurrió en vida se debe a algo así. Si mal no recuerdo, desde que tenía conciencia había empezado a crearlo, echando ladrillos sobre esa construcción, sintiendo que lo deseaba más grande, más fuerte, mas cerrado. Sus muros me permitían ver hacia afuera, pero todo se veía deformado, como imitaciones de las cosas del mundo real. Extrañas y ridículas figuras aparecían delante de mí haciendo que me refugiara en los lugares más oscuros y recónditos de aquel lugar. Las mañanas eran frías, y las noches lo eran aún más. El sol trataba de traspasar los gruesos muros, generando así solo un leve resplandor dentro del castillo. Allí sentía que podía vivir toda la eternidad, como si el tiempo no fuese importante allí adentro. Con el tiempo muchos trataron de tirarlo abajo, con sus ataques destruct

Versos sin Nombre

Escribo estos versos sin nombre para recordar tu belleza. Escribo estos versos extraños para remembrar mi certeza. Lo más valioso has sido tú, con tu efímera travesía por mi vida. Desde que te conocí agonizo esperando llenar mi rutina vacía. Eres lo más precioso que ha pasado. Lo que mis sentidos recuerdan con anhelo. Mis manos, mis ojos, mi boca están esperando que se les quite el velo que por mucho tiempo puesto tendrán. Recuerdo tus ojos y río sin parar, recuerdo tus manos y escucho tu calor. Ansío ver tus labios para poderlos besar, espero oír tu voz para hallar el valor de poder decirte lo que te quiero contar. Mis noches encuentran eco en la eternidad. Mis días llenos de soledad se encuentran. Espero que algún día te pueda hallar y después de eso tranquilo me puedo marchar recordando mi efímera existencia. Todo esto es solo una ilusión: el tiempo nuestros cuerpos marchitará. Las palabras el tiempo no podrá a

En el momento indicado

Me gusta contemplarte. Ver tus ojos, tus labios. Sentir tu respiración y los latidos de tu corazón. Me gusta recordar tu sonrisa, aquella que me acompaña en mi mente. Me gusta pensar en tu rostro, siempre en armonía, como las notas de una deliciosa melodía. Ocurriste justo cuando debías hacerlo. En el momento indicado, en el minuto señalado por las arenas del reloj. Sucediste en el lugar exacto, en donde el mapa mostraba como el sitio apropiado. Todo fue perfecto... ojalá me hubiese ocurrido a mí.