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Odio

Te miro y me pregunto por las noches
la razón de haberte encontrado en mi camino.
Eres la maldición , en realidad un problema serio.
Sólo encuentro ahora refugio en el vino
esperando mi llegada al cementerio.

Tus ojos brillan como fugaces estrellas
que de la noche han escapado para atacarme.
Ellas distorsionan lo que conozco del mundo,
y la felicidad que añoraba parece despreciarme
cuando veo el porvenir que me aguarda, inmundo.

La pesadilla que fue estar cerca de ti
es la razón de que la muerte quiera contemplar.
Tus labios me recuerdan los desvelos,
tus ojos inquisidores me atacan sin cesar
y solo puedo refugiarme en mis anhelos.

Tus manos frías hacen recorrer
la sensación de un temor en mi interior.
Tu piel es la culpable de tejer
los hilos de este destino traidor
que mi desdicha me deja entrever.

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