Voy imprimiendo mis pasos por los caminos de mi Valle. Rodeado de montañas y de sueños miro al sol danzando en el cielo, desnudándose, quitándose el ropaje de nubes. Miro al cielo, un azul puro. Un ave vuela y lanza un suspiro, un azulejo camuflado entre la inmensidad deseando ser uno con ella. Un riachuelo murmura palabras inteligibles acerca de ilusiones y de amor. Susurra un canto a los árboles y los peces danzan en el agua, cantan dentro de ella burbujeantes melodias, le acompañan. Los verdes campos se extienden más allá de mi mirada. La tierra nos ofrece sus frutos nos permite vivir en un paraíso. Nos permite vivir en un sueño, un colorido sueño. No quiero despertar.
Pertenecemos a nuestros actos, a nuestros días, a nuestros sueños. Mis ideas siempre han sido como un montón de moscas viajando de un lado para otro, en desorden. Es hora de encender una luz para atraerlas a todas