la razón de haberte encontrado en mi camino.
Eres el cielo que me muestra ese misterio,
el hallarte tan embriagante como el vino
es la causa que me llevará al cementerio.
Tus ojos brillan como hermosas estrellas
que de la noche han escapado para verme.
Ellas me muestran con claridad el mundo,
que en otras ocasiones ha parecido temerme
cuando a mi felicidad le da un no rotundo.
Los sueños que realizo al estar junto a ti
son la esperanza que me hace querer respirar.
Tus labios me embriagan y me pierdo en ellos,
tus ojos me acribillan con su tierno mirar
y solo puedo refugiarme en tus cabellos.
Tus manos tibias hacen recorrer
la sensación de escalofrío en mi interior.
Tu piel es la culpable de poseer
ese temor que no creía anterior
a conocerte, y es que te pueda perder.
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