Agua: derrite mis alas de azúcar, de cuando fui fénix de miel. Purifícame, diluye mis deseos entre este gran océano llamado vida.
Pertenecemos a nuestros actos, a nuestros días, a nuestros sueños. Mis ideas siempre han sido como un montón de moscas viajando de un lado para otro, en desorden. Es hora de encender una luz para atraerlas a todas