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Vespertina

Caminan los sueños sobre la arena, murmullaban las olas. Los suspiros convertidos en vientos, mi navío estremecido tras la tormenta. Flota, flotamos en la tarde silenciosa lo hacemos, sobre el vaivén de indecisas aguas, sobre lo que anhelamos y lo que tenemos. Un cielo espléndido. Un sol sobre aquella tarde, aquella tarde que va y viene sobre las olas del tiempo. Todo parece cíclico, todo encerrado en un instante, uno que se repite sobre las olas... Un instante que termina siendo esa misma tarde.

Las estaciones

Los juguetes, las tardes de juegos, los árboles, el sol, los sueños, la luna, los raspones, ropa sucia, las guerras, los muñecos, caramelos, las ilusiones... Los cabellos, los besos, las caricias, las mieles, las traiciones, el deseo, la carne, la piel y los suspiros, el sudor, las lágrimas, gemidos, las pasiones... El pasado, el ayer, los nudos, lo hecho, lo que no, desnudos, lo soñado, los fantasmas, los anhelos, melancolía, la nostalgia, los desvelos, los recuerdos... El temblor, el ocaso, el frío, la soledad, desvelo, desvaríos, los pies pesados, las manos débiles, cabellos blancos, piel ajada y el olvido... Y todo vuelve a iniciar bajo otra piel.

Entre tu piel y mi piel

Si las palabras no encienden, no son lo suficientemente seductoras. Si las miradas no acarician, no están siendo tan dicientes. Entre las pieles, los deseos no se improvisan, solo se sienten, se recorren. Una alquimia perfecta entre tu miel y mi saliva, sueños expuestos en tu geografía y mis palabras. Fragmentos de lirios convertidos en deseo. cabellos enredados en mis dedos, perfumes embriagando voluntades, deseos poseyendo nuestros cuerpos. Una última explosión, un epílogo. Gritos, sudor, esplendor. Caricias, el diluvio finaliza, y ahora sólo existimos entre tu piel y mi piel.

Teme

Teme, teme por tu alma. Eso que dijeron que tenías dentro. Eso con lo que sentías, con lo que podrías condenarte a una eternidad. Una eternidad en el fuego, una eternidad en la oscuridad. Que si luego resulta que no hay nada dentro, que solo es un deseo de trascender, de vivir eternamente, no pierdes nada. Porque tu alma, eso que temes que sufra, eso que deseas que sea feliz por siempre, no habría existido. Por eso teme a las cosas que haces que aquellos que te dicen que no las hagas esperas que no las hagan, y que al final esperas que aquellos que las hacen se quemen en el infierno, vivan en una eterna oscuridad. Teme, mi amigo a lo diferente.

Reflejos

Reflejos entre fragmentos, un espejo quebrado. Una ilusión convertida en astillas, un beso perdido entre destellos. Al tratar de ver los segundos reflejados Trato de verte ayer... Sólo veo el mundo distorsionado, sólo puedo ver algo roto, en el pasado. He tratado de juntar las piezas, de ver nuevamente lo que encierran. Solo veo momentos rotos, una imagen perdida, en el tiempo confundida. Realidad diluida entre instantes. imágenes puestas, una sobre otra, el ayer sobre el hoy, el verte ahora y antes de ayer... Y tú, envuelta entre reflejos.

Noctámbulo

Noche de danza, cielos de esplendor. Leyendo las palabras que las estrellas te dedican, entre las hojas de las horas nocturnas, acariciando los cabellos de la luna perlada, besando las pieles de los sueños rojos. Caminas entre los pétalos de la noche por la estela de las nubes misteriosas entre el espacio que ha dejado un beso y otro, tras una última palabra apasionada. Yo camino entre delirios ciegos, entre el gemir que arrulla al silencio y hace un eco entre tus noches y las mías. Recorro el arco que me lleva de nuevo al día donde desapareces como si fueras niebla, como si el sueño se desvaneciera al salir el sol.

Melancolía

Tras aquellos perfumes rotos de recuerdos, tras las caricias desvanecidas por el tiempo. Envejecidas las imágenes de ayer, enrarecidos los suspiros del pasado. Allí dormita aquel demonio de nombre Melancolía. No hay más tiempo que el que avanza hacia adelante, ni más camino que el que está frente a nosotros. Atrás quedaron los pasos que dimos. Que no despierten al demonio de su sueño, que no nos tienten sus ronquidos a mirar. Que no despierte y nos atrape y nos enrede en sus tentáculos y nos asfixie con su peso. Que no maldiga nuestra senda con perfumes rotos ni con caricias desvanecidas. Que se mantenga bajo el sueño donde sueña ser un sueño y no Melancolía.