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Ojalá

Ojalá todo fuera más sencillo. En mi cabeza, un océano de confusión golpea las costas de mi cordura. Una esperanza entre el quizás y el nunca. Un suspiro que parece un sollozo, una risa que parece llanto. Todo es diferente. Todo es extraño. No sé qué hacer, no sé si acercarme o alejarme, si permitir que mis sueños puedan aparecerse en mi mente o borrar lo inconcluso en medio de la confusión. Relojes muestran el tiempo que ya pasó y todo lo que ha acontecido... ¿Qué define mis sueños?

Eleonora

-Disculpa, pero tienes un acento muy bonito. ¿De dónde es? La voz temblorosa de Juan se dejó escuchar en aquella frontera a lo desconocido. Desde la primera vez que la había visto, había deseado acercarse a ella. La había escuchado cientos de veces en la cafetería, donde se había deleitado con el acento que se desprendía de sus labios. Ahora, finalmente, se había decidido a hablarle. Habían coincidido en una acera, caminaban uno al lado del otro, cuando Juan se había animado a tratar de entablar una conversación con ella. Supuso que era un buen momento. Ella tenía los ojos, sus ojos verdes, abiertos como platos, mirándolo fijamente. Ambos continuaban caminando. Ella, de una forma muy seca, le dijo: -¡Pero si nunca hemos hablado! -Lo sé… pero no he podido evitar escucharte en la cafetería. ¿De dónde es? El acento. -De Rumania. -¿Y cómo te llamas? -Eleonora. Juan no había conocido a nadie que se llamara así antes. Ahora, caminando junto a ella, se sentía completo. Su...

Quisiera

Quisiera robar tu voz y entregársela al viento para que endulce al universo. Quisiera sacar un destello de tus ojos y colgarlo en el cielo para que ilumine mis noches. Quisiera quedarme con un poco de tu aliento y utilizarlo para impulsar la nave de mis sueños. Quisiera quitarte unos minutos de tu tiempo y hacer con ellos un reloj a tu hermosura. Quisiera desprender algo del brillo de tu sonrisa y hacer un faro que guíe a los barcos extraviados. En medio de esta noche, en la costa, en este faro, te recuerdo. Veo un barco a lo lejos y al cielo estrellado y me pregunto si estarás pensando en mí porque yo no dejo de pensar en ti.

Rosa Blanca

Desde que te vi, mis ojos no han podido olvidar tu rostro y tu figura. Tu sonrisa tan traviesa me provoca, tu mirada toda llena de dulzura me antojan y sugieren besar esa boca. Tu piel blanca como la nieve y el río de petróleo de tus cabellos que como una cascada sobre tus hombros descienden. Y o desearía enredarme por siempre en ellos y olvidarme del mundo que me pretende. Eres una rosa blanca con pétalos de luz que ilumina todo a su alrededor. No te busco, pero hallarte es imposible. Me confieso como el eterno adorador de esa energía que te rodea, intangible y que mi corazón carga como una cruz.

Soledad

Al estar en medio de esta habitación me pregunto qué me espera en el futuro. S i podré al final dar tranquilidad a mi vida o si por el contrario el destino rudo me haga esperarla hasta el resto de mis días. Cuando pienso en lo que está aconteciendo me entristezco por ver mi porvenir, en el cual no encuentro algo valioso. Solo espero poder encontrarlo y reír y olvidar mi pasado temeroso. En medio de las noches y los días encuentro refugio en la oscura soledad. P aso mi mirada y recorro mi vida rodeada de belleza sin igual esperando la muerte en el camino de ida.

Una Flor Anónima

-¿Qué hace una ballena con una rosa? Va a tratar de enamorar a  las olas cuando estén a solas. ¿Y un tiburón? Los incongruentes gritos se dejaban escuchar por todo el hospital  psiquiátrico. De todos los pacientes, éste tenía orden estricta de  mantenerse sedado. Por alguna razón este hombre, conocido como El  Asesino de la Rosa , había despertado. ¿Cuánto tiempo llevaba durmiendo? No lo sabía con claridad.  Igual no pensaba con mucha claridad, nunca lo había hecho. Fue  difícil atraparlo, era un nómada. Aunque empezó asesinando de  formas sutiles y sin llamar la atención, al final estaba asesinando a  cualquiera que tuviera la mala fortuna de cruzarse con él, siempre  que el asesino tuviera una rosa para dejarla junto al cuerpo sin vida. Mientras  estaba recluido, había asesinado a cuatro enfermeros, así que  decidieron mantenerlo sedado todo el tiempo. Ahora se despertaba de un largo  trance y tenía hambre. -Me com...

Anoche

Anoche le robé un poco de magia a los sueños y te hice aparecer de repente. En medio de la oscuridad tus ojos iluminaron el mundo. Me sonreíste un instante y en ese momento el cielo se iluminó, de repente, como si la fantasía cobrara vida, como si respirara delante mío. Anoche le robé un suspiro al otoño y lo convertí en tu dulce voz, lo transformé en tu delicioso acento. Tu voz inundó el ambiente. Me hablaste por un momento. Allí, las estrellas empezaron a bailar, como si el cielo cantara dulces melodías, como si se escuchara al océano frente a mí.