No le digas a nadie
que cuando las luces se marchan nos convertimos en duendes,
en seres de la noche de cuerpos grisáseos
que saltan entre las estrellas y aparecen tras la niebla.
Que ríen en la oscuridad.
No le digas a nadie
que antes de que salga el sol nuestra crisálida se abre,
y aparecemos renovados tras la noche,
y nuevamente tenemos este cuerpo mortal al que afectan los segundos
y esperamos la noche para metamorfosearnos de nuevo.
que cuando las luces se marchan nos convertimos en duendes,
en seres de la noche de cuerpos grisáseos
que saltan entre las estrellas y aparecen tras la niebla.
Que ríen en la oscuridad.
No le digas a nadie
que antes de que salga el sol nuestra crisálida se abre,
y aparecemos renovados tras la noche,
y nuevamente tenemos este cuerpo mortal al que afectan los segundos
y esperamos la noche para metamorfosearnos de nuevo.
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