Ella, que pertenece a las horas del ayer,
en sus ojos se refleja un deseo ya expirado
y en sus labios solo queda el rancio sabor de los besos,
de esos que pertenecen a un día antes de separarnos,
de esos que recuerdan lo lejos que está el pasado
y lo cerca que se encuentra nuestra tumba.
Hoy quiero mirarte como eras antes,
solo por un instante...
Que las manecillas retrocedan sus caminos
y que nuestras almas olviden las heridas
y dejen para el futuro el desengaño.
en sus ojos se refleja un deseo ya expirado
y en sus labios solo queda el rancio sabor de los besos,
de esos que pertenecen a un día antes de separarnos,
de esos que recuerdan lo lejos que está el pasado
y lo cerca que se encuentra nuestra tumba.
Hoy quiero mirarte como eras antes,
solo por un instante...
Que las manecillas retrocedan sus caminos
y que nuestras almas olviden las heridas
y dejen para el futuro el desengaño.
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