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Vida


Tan efímero es nuestro paso por el mundo,
tan breve como el parpadeo de un ángel.
El instante nos separa del mañana,
del futuro, del destino, del porvenir.

Nuestros sueños saltan entre esos dos mundos,
entre el ahora y el después.
Parpadeo
y los átomos agonizan delante de mis ojos.

En un suspiro los universos desaparecen,
los soles se desvanecen y los planetas nacen.
Cuando doy un paso, las orugas se convierten en mariposas
y las hormigas detienen su camino.

Solo importa este instante,
este fragmento del ahora.




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Dorado

El océano dorado me acompaña inunda mi retina y llega a mi mente. Dorado, el sol como un rey se asoma. Dorado como tu alma, como el brillo de tus ojos mirando al cielo. En este atardecer que baña todo con el oro tus ojos se convierten en faros de mi corazón, y tu sonrisa como barrotes dorados  que encierran tu dulce voz para que no escape, para que no embruje el universo como lo has hecho con mi alma. Déjame ser como el dorado, brillante, esplendoroso, imponente. Como las luciérnagas que en medio del ocaso  nos escriben algo a lo lejos, algo que, quizás, no sea un adiós. 

129

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130

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