Ir al contenido principal

Entradas

Cayendo

Cayendo, cayendo. Nada bajo mis pies. Un nudo en mi garganta, mi estómago flotando. Vacío alrededor de mí, cayendo cada vez más rápido. Nada bajo mis ser, nada bajo mis pies. Un segundo convertido en una eternidad, Todos los sonidos son uno y son nada, se convierten en viento. Nada para sostenerse, mis manos se aferran al aire. cayendo, cayendo. Mi ser no vuela, solamente cae. Solo desciende cada vez más profundo, cayendo, cayendo.

Amigo

Un día se marchita la última hoja de nuestro árbol, desnudo enfrenta el duro invierno. Las ilusiones encerradas en la dura corteza y el corazón frío en tinieblas interiores. Un día nuestro último sueño se cumple o irremediablemente fracasa. Nuestros pies dan el último paso sin importar que sea o no el final del camino. Un día el último pétalo cae de la rosa, moribunda deja de ser bella, deja de existir. La última lágrima brota de nuestros ojos sin importar que sea de alegría o de tristeza. Un día, yo dejaré de respirar y todo lo que haya sido dejará de ser. Todo se esfumará, menos lo que he compartido. Lo que tú y yo compartimos en el pasado. A ti, mi cercano amigo, gracias por compartir tu existencia conmigo. Por escuchar mi voz cuando necesitaba hablar, por ofrecerme tu consejo cuando requería de él. Cuando se marchite la última hoja de nuestro árbol un corazón cálido habitará en su corteza. Cuando nuestros pies den el último paso será del camino que recorrimos, amigo mío.

Si fueras...

Si tus ojos fueran dos estrellas atravesaría el espacio para alcanzarlos. Si ellos fueran dos perlas me sumergiría en lo más profundo de los océanos para hallarlos. Si tu sonrisa fuera un tesoro me covertiría en pirata para robarla, surcando los mares. Si fuera una corona me convertiría en un rey para obtenerla, conquistando reinos. Si tu cuerpo fuera un valle lo recorrería por completo sin mapas ni brújula. Me perdería por sus senderos, por las montañas, los descensos, andaría sin rumbo. Me perdería entre tus aguas, me perdería para siempre. Si fueras lluvia saldría a dejarme invadir por tu presencia. Si fueras la noche te exploraría en medio de mi insomnio, en medio de mis horas en vela.

Cenizas

Solo queda esto de mi vida, solo la ceniza de mi mundo anterior. Solo el sueño de un mejor futuro que se fue hasta un mundo superior y regresó vuelto carbón puro. Nada me espera en el mundo destrozado, la luz de tus ojos desintegró mi alma. Lo que creí encontrar en ti fue una ilusión, un sueño de lo que quería que fuera mi calma y terminó siendo el comienzo de mi destrucción. Las cenizas fueron el más puro fuego, consumiendo el mundo a nuestro alrededor. Hoy no queda más que el silencio humeante, un mundo lleno de pena y de dolor donde la muerte se convierte en mi amante. Las cenizas ascienden como una columna, una torre que me recuerda mi error. El hecho de creer que me querías, el sueño muerto en el futuro traidor donde mis propias cenizas ascienden vacías.

Hiedra

Una hiedra trepando el muro, no conozco de fronteras, tengo raíces, no las olvido. Trepo los muros, los que alrededor de mí crean, con los que me tratan de encerrar. No soy de aquí, no soy de allá. Soy de algún lugar entre el antes y el ahora. Soy un poco de aquí, soy un poco de allá. Tengo sueños a este lado, tengo ilusiones al otro. La hiedra quiere derribar los muros, quiere que los sueños sin fronteras se miren a los ojos, quiere enredarse en ambos mundos.

Al Amanecer

Al amanecer los recuerdos se asoman tras el horizonte. El sol tiñe de rosa el cielo y mis memorias... Recordando tus salvajes cabellos, mi mente se enreda en tus rizos y se deslumbra con tu brillante sonrisa. Un viaje al pasado, cuando el sol saluda al mundo. Una mañana saturada de remembranzas y tu cuerpo oscila en mis recuerdos. Se distorsiona con el tiempo, moviéndose como una serpiente en mis pensamientos.

Reloj Roto

He aprendido a vivir de las ilusiones vacías, de los retazos de alegría de los otros. Alimentado con la esperanza de lo improbable, soñando con la bondad de mi destino. Desayuno un poco de entusiasmo y en la noche hago un brindis por los sueños rotos. El reloj continúa, implacable. Y el plato siempre vacío me mira con lástima. Un día más que transcurre igual, esperando que algo me saque de la rutina. El mismo reloj, los mismos minutos gastados, el mismo aire viciado. Hoy pudo haber sido ayer, o pudo haber sido tantos otros días de mi vida. Quisiera verte hoy una vez más pero al final solo vería el reflejo de mi pasado.