le pedí las alas al viento
y volé.
En la noche escuché susurros de mi vida.
Volé,
como nunca antes había volado en mi existencia
y vi
las estrellas bajo mi ser.
A mis pies brillaban anhelantes,
nadando en el océano.
Constelaciones sumergidas
iluminando la noche llena de susurros,
llena de secretos.
Por la playa de Mallorca
he caminado flotando sobre sus arenas,
escuchando lo que me dice el mar,
dejando mis huellas al andar.
Allí los astros hacen una fiesta
y yo le robo un beso a la luna.
Danzo con ellos
y me confundo, me creen uno más
me invitan a las alturas.
El día aparece,
las estrellas se desvanecen con la luna.
La noche le da la bienvenida al sol
y el astro rey me muestra el lugar donde estoy,
un paraiso aparece ante mis ojos.
Mallorca, lugar
donde el cielo desciende por un instante,
donde el tiempo encuentra su destino
descansando sobre la arena.
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