Nuestras vidas siguen, continúan su camino.
Remotas la una de la otra, como si nunca se hubieran cruzado,
como si nuestra existencia no fuera más que un capricho,
como si la tempestad esperara detrás del arcoíris,
como si el corazón latiera una última vez...
Somos dos piezas de un ajedrez,
no sé en qué momento nos encontraremos cerca de nuevo.
Somos cartas de la misma baraja,
no sé cuándo estaremos al mismo tiempo en juego.
No sé si estaremos en manos distintas
o si alguna vez, en medio de la baraja, coincidamos.
Somos como dos gotas,
tú, como el perfume, llevada por el viento,
impregnando con tu aroma al universo.
Yo, como una gota de tinta en un papel,
pudiendo ser solo una mancha sin sentido
o siendo una palabra que cambie tu mundo.
No sé si fue una coincidencia conocernos
o si fue capricho del mundo el hacerlo.
Poner un par de piezas de ajedrez frente a frente,
jugar un par de cartas al mismo tiempo.
No sé si soy la nube de tinta amenazando con inundarlo todo
o si eres la nube de perfume impregnando con su aroma al universo.
Que el día que nos crucemos de nuevo se desatará la tormenta.
No sé si estoy escondido detrás del arcoíris
o si estás después del último latido de mi corazón.
Ambos recorriendo nuestros propios caminos.
Donde me encuentro ahora, me pregunto
si algún día coincidiremos de nuevo.
Comentarios
Publicar un comentario