Tu recuerdo se fue convirtiendo en niebla.
Con el tiempo se hizo borroso, fantasmal.
Tu voz se fue perdiendo de mi mente,
ahora no recuerdo cómo hablabas ayer.
Tu rostro se convirtió en cenizas,
y nuestras noches en olvido.
Ya no recuerdo cuándo fue la última vez,
ni recuerdo nuestro último atardecer.
Tus besos se convirtieron en lluvia,
lluvia que se resbaló por mi piel y se marchó muy lejos.
Nuestro futuro juntos se convirtió en pasado
y los proyectos en un sueño del que despertamos.
Una pesadilla que terminó
cuando el tiempo nos dijo que el mundo había cambiado.
Ahora camino solo por la ruta
y no hay regreso al ayer.
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