me llevan nuevamente a mis errores,
me arrastran por el mundo con promesas
ofreciéndome con sus labios seductores
de este mundo y de otros su belleza.
He caído muchas veces en su juego,
he seguido el dulce susurro de su voz.
Muchas veces vuelvo a hacer las cosas con empeño
pero igualmente me espera su destino atroz
del que soy yo únicamente el dueño.
Pero no dejaré de intentar ser feliz
por mucho que esos espirales me convenzan.
En algún momento en mi vida podré reír
y mis ojos sin una lágrima amanezcan
y que los errores no afecten mi porvenir.
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