He arrojado una moneda,
al final lo he dejado a la suerte.
He permitido que la fortuna hable
y que el caos me domine.
Que la decisión que surja
venga tan sorpresiva
como la primera vez que te vi.
al final lo he dejado a la suerte.
He permitido que la fortuna hable
y que el caos me domine.
Que la decisión que surja
venga tan sorpresiva
como la primera vez que te vi.
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