Huérfana ella,
mendigó sobre las calles del destino.
Se quedó allí, famélica y débil
viviendo entre un verso y otro.
Ella ya no habla de amor,
simplemente mendiga
un suspiro, un cariño.
Ella, la musa perdida de mis letras.
mendigó sobre las calles del destino.
Se quedó allí, famélica y débil
viviendo entre un verso y otro.
Ella ya no habla de amor,
simplemente mendiga
un suspiro, un cariño.
Ella, la musa perdida de mis letras.
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