Él, recorriendo los rincones del pasado,
aquellos salones lúgubres donde había sido feliz,
escondiéndose del aún más lúgubre presente.
Ya todo era diferente,
las flores marchitas adornaban la mesa
y el sol gris se filtraba por los sucios ventanales.
La silueta de un pasado recortada contra la luz.
Un reloj muerto,
donde el tiempo dejó de correr hace mucho.
Él, recordando los caminos que había recorrido con ella,
recreando una y otra vez aquellos momentos inolvidables,
soñando con que todo volviera a ser como antes.
Todo opaco, todo muerto.
Solo el viento se animaba a entrar a esos recuerdos,
solo él era capaz de remover el polvo que encerraban los instantes
y de hacer música con las rendijas ya olvidadas.
Los recuerdos brillantes ocultos bajo las cenizas de las ilusiones muertas.
"Olvídame" decía ese instante sin cesar.
Pretencioso, el hombre esperaba encontrar refugio a su presente,
de buscar una razón para continuar su lucha.
Lloró, sin esperanza alguna en aquel rincón de su pasado,
en aquel lugar donde había sido feliz
y cuyo recuerdo no era más que un oscuro momento para olvidar.
Ya perdida toda esperanza, por los sucios ventanales,
un haz de luz se filtró y se reflejó sobre su rostro...
Y una estrella brilló en el cielo.
aquellos salones lúgubres donde había sido feliz,
escondiéndose del aún más lúgubre presente.
Ya todo era diferente,
las flores marchitas adornaban la mesa
y el sol gris se filtraba por los sucios ventanales.
La silueta de un pasado recortada contra la luz.
Un reloj muerto,
donde el tiempo dejó de correr hace mucho.
Él, recordando los caminos que había recorrido con ella,
recreando una y otra vez aquellos momentos inolvidables,
soñando con que todo volviera a ser como antes.
Todo opaco, todo muerto.
Solo el viento se animaba a entrar a esos recuerdos,
solo él era capaz de remover el polvo que encerraban los instantes
y de hacer música con las rendijas ya olvidadas.
Los recuerdos brillantes ocultos bajo las cenizas de las ilusiones muertas.
"Olvídame" decía ese instante sin cesar.
Pretencioso, el hombre esperaba encontrar refugio a su presente,
de buscar una razón para continuar su lucha.
Lloró, sin esperanza alguna en aquel rincón de su pasado,
en aquel lugar donde había sido feliz
y cuyo recuerdo no era más que un oscuro momento para olvidar.
Ya perdida toda esperanza, por los sucios ventanales,
un haz de luz se filtró y se reflejó sobre su rostro...
Y una estrella brilló en el cielo.
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