Ir al contenido principal

"Olvídame"

Él, recorriendo los rincones del pasado,
aquellos salones lúgubres donde había sido feliz,
escondiéndose del aún más lúgubre presente.

Ya todo era diferente,
las flores marchitas adornaban la mesa
y el sol gris se filtraba por los sucios ventanales.
La silueta de un pasado recortada contra la luz.

Un reloj muerto,
donde el tiempo dejó de correr hace mucho.
Él, recordando los caminos que había recorrido con ella,
recreando una y otra vez aquellos momentos inolvidables,
soñando con que todo volviera a ser como antes.

Todo opaco, todo muerto.
Solo el viento se animaba a entrar a esos recuerdos,
solo él era capaz de remover el polvo que encerraban los instantes
y de hacer música con las rendijas ya olvidadas.
Los recuerdos brillantes ocultos bajo las cenizas de las ilusiones muertas.

"Olvídame" decía ese instante sin cesar.
Pretencioso, el hombre esperaba encontrar refugio a su presente,
de buscar una razón para continuar su lucha.
Lloró, sin esperanza alguna en aquel rincón de su pasado,
en aquel lugar donde había sido feliz
y cuyo recuerdo no era más que un oscuro momento para olvidar.

Ya perdida toda esperanza, por los sucios ventanales,
un haz de luz se filtró y se reflejó sobre su rostro...
Y una estrella brilló en el cielo.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Dorado

El océano dorado me acompaña inunda mi retina y llega a mi mente. Dorado, el sol como un rey se asoma. Dorado como tu alma, como el brillo de tus ojos mirando al cielo. En este atardecer que baña todo con el oro tus ojos se convierten en faros de mi corazón, y tu sonrisa como barrotes dorados  que encierran tu dulce voz para que no escape, para que no embruje el universo como lo has hecho con mi alma. Déjame ser como el dorado, brillante, esplendoroso, imponente. Como las luciérnagas que en medio del ocaso  nos escriben algo a lo lejos, algo que, quizás, no sea un adiós. 

129

Detrás de los espejos rotos, detrás de ellos escucho tu voz. Esa melodía que me guía entre fragmentos, que me lleva a través de episodios muertos, de momentos que son imágenes del pasado. Recuerdos deformados por el lente de los años que no dejan lugar al sentido común.

130

Ella se desvanecía en el alba, se diluía entre los instantes, como quien nunca hubiera estado ahí, como si su existencia fuese un capricho de mi mente, como si sus latidos solo fueran el tictac de un reloj que me recuerda que el tiempo sigue su continuo paso.