Apura el último trago
que esto no ha hecho sino comenzar.
La preciosa velada cuya belleza halago.
Una noche en la que todo puede pasar.
Un lugar, un amigo, un licor
es aquello con lo que empieza la noche.
Una aventura, un sueño, un amor
aparecen siempre en la velada con derroche.
Mis noches de neón, noches de risas,
siempre me acompañan en mis recuerdos.
Noches de licor, noches de caricias,
cuando quedan en casa los pensamientos cuerdos.
Ciudad de noche, como una doncella que en el día es coqueta
pero que al caer el sol sus ropajes caen, como en elegía.
Mostrando la belleza escondida tras las sórdidas cortinas,
mostrando aquello que ocultó a la luz del día.
Mis noches de neón me acompañan todavía,
aunque ahora son recuerdos que se anclan en mi mente,
suenan aún las notas de esa hermosa melodía,
donde se mantienen esos recuerdos aún presentes.
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