alcanza las estrellas.
El silbato marca el génesis de la batalla.
Tus guerreros buscan la gloria,
tus hermanos se unen a la lucha.
Todos buscan la preciada esfera,
le buscan para abandonarle en su nido,
le sueñan reposando sobre el aro,
le desean irrumpiendo en el anillo.
Los rivales no se dejarán vencer tan fácilmente,
dejarán su alma en el campo igual que los tuyos.
Cuerpos al contacto en la batalla,
sudor y lágrimas atestiguan su destino.
Los minutos también son el enemigo
o quizás un aliado en quien confiar.
El marcador continúa su constante cambio,
el silbato concluye la lucha sin importar el resultado,
sin importar el ganador. ¿Quién será?
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