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Ánimas

Ella, peinando sus cabellos,
bordeando mi cordura con su voz,
con un canto que se abre paso entre la noche.
Despertando a la luna, pálida y lejana.

Ella, mirando al firmamento desde mi ventana,
con sus ojos puestos más allá de las nubes,
más allá de lo que su vista alcanza.
Contemplando el canto infinito del universo.

Son una sola voz, el universo y ella,
cuando su eco hace temblar a mi existencia.
Y su mirada buscando más allá de las estrellas.
Pálida, reflejando lo que encuentra, un universo frío.


Ella, una aparición que acompaña mis noches.
Ella se pierde en el laberinto de sus pensamientos.
Translúcida, desvaneciéndose como mis recuerdos,
convirtiéndose en el fantasma de lo que alguna vez fué.

Y retorno a mis cavilaciones cuando despunta el alba,
cuando los vestigios de ella se desvanecen.
Nuevamente quedo acompañado del día que comienza
y del deseo de seguir nuevamente esperando la noche,
y a ella, peinando sus cabellos.

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